domingo, 6 de julio de 2008

Deformaciones y degeneraciones

Últimamente está muy de moda (por no decir otra cosa) recortar hasta la saciedad palabras hasta componer mensajes ininteligibles. Debe ser cosa de las miembras de nuestro gobierno (¡vaya!¡qué curioso! el corrector ortográfico debe estar mal, no admite el uso de miembras...). Otra de estas cosas que está también muy en boga es el uso indiscriminado de letras no muy comunes en el castellano como la k o la w. Todo esto son verdaderas barbaridades.

La lengua da para mucho a poco que la conozcas unos mínimos y para ejemplo un botón que no tengo ni idea y se me ocurren varias formas de expresar la misma idea. Además, aunque es evidente que muchas faltas ortográficas provienen de la ignorancia (a combatir) o la duda (ante esto siempre nos queda www.rae.es) en este caso las faltas son voluntarias y con vagas y absurdas excusas. Estas atañen a la velocidad de escritura sobre el teclado, absurdo si no se trata de taquígrafos que precisan recoger textualmente declaraciones a ritmo normal de comunicación oral cosa que no se da a la hora de, por ejemplo, hacer un comentario en un blog, o a que el teléfono tiene un máximo de caracteres... (nueva falacia porque en el 95% de las ocasiones poner todos los caracteres seguiría sin salirse del límite de envío.

Así que estimados individuos (e individuas utilizando el lenguaje de nuestras políticas) les hago saber que a partir de ahora aquellos textos cuyo contenido contenga algún tipo de falta voluntaria serán eliminados sin ningún tipo de contemplación.

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