domingo, 18 de noviembre de 2007

El siglo de oro

Dicen aquellos que conocen la historia que el pueblo que se olvida de la la suya propia está condenado a repetirla. Esto dicho así es una frase suficientemente manida y conocida para ser considerada famosa aunque pueda expresarse de diferentes maneras. Particularmente me parece muy esclarecedora la cita de 1984 de George Orwell acerca de la manipulación de la realidad por parte de los políticos que reproduzco textualmente al tiempo que recomiendo el susodicho libro:
"Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado"

Podemos acudir a la wikipedias, siempre con ánimo de aligerar este texto, para averiguar un oscuro término económico que nadie parece recordar en este país: La balanza de pagos.

Podemos observar pues que, en el cálculo de la balanza de pagos de un país se tienen en cuenta las remesas de dinero intercambiadas con otros países por los residentes en el extranjeros o procedentes del extranjero. Incluye también los ingresos generados por el turismo y, por supuesto, las cuentas del estado.

Suele decirse que España es un país que vive del turismo. Esto es realmente cierto en ciertas áreas del país, las cuales ha recibido inversiones del Estado superiores al resto a lo largo de los años para mantener ese flujo de dinero lo que ha aumentado regularmente las desigualdades entre regiones. El otro de los motores de la economía española en los últimos años, realmente la clave para sostenimiento del supuesto crecimiento económico español, ha sido la construcción.

Esto es pan para hoy y hambre para mañana. Basar la economía en dos factores tan absolutamente volátiles y dependientes de los resfriados financieros del exterior. Es más, en el caso de la construcción es incluso más sangrante en tanto que el nivel de endeudamiento interno de las familias españolas se ha disparado, a lo que ha contribuido grandemente el aumento de las familias compuestas por una única persona.
El fenómeno del endeudamiento interno no nuevo ni mucho menos. Noticias en la web al respecto en los últimos años procedentes de diversos organismos económicos hay a patadas:
Mayo de 2003
Octubre de 2006
Abril de 2007
Pero las que ahora escuchamos son incluso más concluyentes en cuanto a números:
Septiembre de 2007
Claro que, como pícaros que somos, siempre encontramos ingeniosas formas de arreglar los números:
El banco de España vende la mitad de sus reservas de oro
Pero, desde mi punto de vista, hay datos que todos los políticos omiten, evidentemente por interés y uno de ellos está contenido en una entrada tan sencilla como la lista de países ordenados por la balanza de pagos:
Listaa
En ella podemos observar, ordenados en orden decreciente, es decir los países con balanza más positiva se sitúan antes, unos 163 países según estimaciones de hace nada (año 2006). Es evidente que estos datos no pueden considerarse del todo fiables pero sí sirven para dar una idea de la tendencia de un país. Y sí, ha leído usted bien querido lector, España se sitúa actualmente en el puesto 162, superada únicamente por los EEUU.

Veremos ahora que, con la entrada de nuevos socios más pobres que nosotros (de momento...), se acaban los fondos europeos en este país. La balanza caerá todavía más y seguiremos comprando artículos hechos, pensados y comercializados por empresas extranjeras muchas veces por esnobismo. El maná, venido de Francia y Alemania se acaba y nos pillará, en muchos casos, con los pantalones medio bajados...

Además, nos creemos más ecologistas que nadie por tener una moratoria nuclear que no permite la construcción de más centrales nucleares en España. Todo el ello para que los franceses las construyan y nos vendan la electricidad a precio de oro. Resulta muy tranquilizador saber que los efectos de un posible accidente nuclear en Francia nos afectarán igualmente por cercanía. A cambio de ello aumentamos nuestra dependencia de países del norte de África sobre recursos que, en unos años, se agotarán por fin y que, en términos globales, resultan mucho más contaminantes.

Por supuesto que esa gran frase que define el carácter español nos sigue marcando:
¡Que inventen ellos!. En este país seguiremos adorando a unos intelectuales anclados todavía en los viejos conceptos platónicos que se definen por su tecnofobia (que escritor que se precie no desdeña el ordenador frente a la tan humana pluma). Unos intelectuales y artistas que lastran el desarrollo tecnológico del país con absurdos impuestos (informe de la cámara de comercio de Madrid). A día de hoy todavía me sigo preguntando porque tengo que pagar a nadie por hacer unos fotos con mi cámara cuando me voy de vacaciones, por gravar mis documentos en un disco y, dentro de nada al paso que vamos, por el mero hecho de tener ojos y oidos...

Aquí, el verdadero héroe no es aquel que innova, que inventa, que vende al exterior. No. Aquí todos queremos cambiar de teléfono móvil cada dos años, no porque lo necesitemos o se nos haya estropeado. Únicamente porque a los dos años nos caducan los puntos ¿regalo? de la compañía telefónica de turno. Nadie se para nunca a pensar que a estas, como sucede en la informática con el software y el hardware, les interesa que cada vez el móvil englobe más funcionalidades por las que cobrar para el público en general que, en el fondo puede que no las necesite para nada. Eso si, mientras nos cambiamos de teléfono por pocos euros cada dos años, pagamos la cuota de turno contra el cambio climático para no estropear el medio ambiente. ¡Y que no nos quiten el coche para ir la vuelta de la esquina!¡Ni los miles de casas al lado de la playa!.

Así que ahora, como en el siglo de oro, España es un gigante con pies de barro que gasta desmesuradamente en el exterior un dinero que no tiene. Mientras en este país la gente se siga preocupando de tal o cual personaje se llama Jose Luis Josep Lluis o Han Solo, tema clave en nuestra vida diaria, todo irá bien porque nadie protestará.

1 comentario:

EL MANCO dijo...

Hola

A mi analizar datos económicos me supera. Cada uno utiliza las estadísticas como le conviene.

Evidentemente estar de penúltimos en lo de la balanza de pagos da "mal rollo". Pero si uno mira la lista de los 10 primeros, hay paises cuya situación en la práctica no parace demasiado envidiable.

Por otra parte, en los 10 últimos están USA, U.K. o Francia. Mal de muchos consuelo de tontos...pero no se.

La economía es un lío.

Saludos.