miércoles, 19 de septiembre de 2007

Un viaje por la historia: Berlín - Agosto del 2007 (día 4)

El fin se acerca. Lo siento en el aire, en el agua, en el ambiente... Tras dos días intensos donde los haya, con continuas idas y venidas, este se presenta más tranquilo. Al menos en un principio porque, en Berlín, nunca se sabe... Aún así el comienzo es como cualquiera de los otros aunque con más cansancio y con los pies más doloridos tras el sueño. El metro me llevará de nuevo hasta AlexanderPlatz...

Esta vez nuestros pasos no nos llevan muy lejos puesto que la exposición sobre la STASI, la policía política de la Alemania oriental, no queda muy lejos del punto de encuentro (MauerStrasse 38). De hecho nos acercamos hasta allí andando.
La exposición es gratuita y tiene algunas cosas interesantes pero tiene un ligero problema, al menos para nuestro grupo: está todo en alemán. Ni siquiera una pequeña guía en inglés que proporcionan en recepción da una idea de la mayor parte del contenido expuesto. Una verdadera pena teniendo en cuenta que nos dicen que dentro de un mes, más o menos, contarán con audioguías en inglés.

Tras este pequeño fracaso con aires de guerra fría y como el día de hoy está dedicado a las cosas menos vistas la siguiente parada obligada es el museo llamado Topographie des terrors situado en el lugar donde hace más de 50 años se situara la Oficina Central de Seguridad del Reich durante la época nacionalsocialista. Este museo cuenta con una audioguía en castellano muy completa y consta de tres partes principalmente. La primera es un recorrido por la calle Príncipe Alberto desde principios de siglo y la evolución en la utilización de los edificios para ser finalmente absorbidos por las instituciones del Tercer Reich. La segunda, que estaba siendo reformada durante la visita que efectuamos, contiene la historia de como el pueblo alemán acabó siendo víctima de sus propias circunstancias cayendo en la política del terror más absoluto. Por último la tercera cuenta historias individuales de personas que acabaron pasando, y en ocasiones pagando con su vida, por estas instituciones. Una exposición que impresiona y que no es para mentes demasiado delicadas principalmente por el contenido emocional de la misma.

Tras un buen tiempo contemplando hasta donde puede llegar en su necedad el género humano (personalmente considero que ningún pueblo está libre de cometer semejante barbarie en algún momento de su historia...) y un tanto cansados ya de tanta represión Madame y yo nos fuimos a comer mientras nuestras estimadas compañeras insistían en el tema yendo al Museo Judío.

Allí las recogimos lo que nos permitió contemplar el edificio que resulta bastante atractivo visualmente y, como siempre en estos casos, tendrá su valor añadido en forma de elucubración simbólica... (hay ciertas cosas que me superan).
En fin, que puestos a buscarle tres pies al gato y ante la insistencia de Madame y con mi apoyo incondicional decidimos ir a las afueras de Berlín aprovechando el bono de transporte para la ciudad de un día de duración. Nada y nada menos que al parque TrepTower Park a contemplar el impresionante monumento, de pura estética soviética,
dedicado por la Unión Soviética a los caídos en la toma de Berlín en 1945. Eso sí, llegar no es difícil. Tan sencillo como coger un S-Bahn, bajarse en la parada del parque y recorrer unos 15 minutos a través de un bonito parque casi completamente desierto y con gente, digamos rara, revoloteando por ciertas zonas...Pero la sobriedad de líneas, el simbolismo con la madre Rusia llorando por sus hijos y el soldado soviético aplastando una enorme esvástica y la grandiosidad hacen de este uno de los mejores lugares visitados. Para no perdérselo.


Sólo un par de cosas más restaban por hacer tras regresar al centro directamente desde el parque, ir de tiendas (aunque esta vez no me apetecía comprar nada así que no me gasté un duro) y, como no, a pesar de tener los pies destrozados había que ir a cenar a un típico local nocturno berlinés. Por ello dirigimos nuestros pasos a los alrededores del S-Bahn donde existen varios restaurantes, muy animados y con una decoración muy berlinesa, a un precio bastante razonable. El día se había terminado y, con cierta resignación, iniciamos la vuelta al hotel. Al fin y al cabo al día siguiente tocaba la partida...

2 comentarios:

madame bovary dijo...

Estimado Dark: Por fin he regresado de mis vacaciones, y tras haber puesto al día mis cometidos..leeré con atención tus acertados comentarios sobre nuestro viaje..pero...he entendido mal? acaso yo "presionaba"??? quién insistió en conocer las maravillas de los soviéticos??
PD. te vigilaré de cerca.

Anónimo dijo...

me encanta enterarme a ratitos descansados de lo que puede ser un viaje a Berlín que realizaré en breve, sobre todo si Madame y sus acompañantes me facilitan la dirección de su alojamiento , si lo consideran adecuado para 4 días y me ayudan a situarlo en el plano